Por: Martín
Hoz, vicepresidente de Ingeniería de Preventa y Servicios Postventa en Fortinet
para América Latina y Caribe
Latinoamérica recibió 41 mil millones de intentos de
ataques informáticos en 2020, con un ranking encabezado por phishing, malware y
ransomware. Entre otras características, vemos que los ataques son cada vez más
sofisticados en los mecanismos utilizados para detectar y atacar objetivos, y
son más eficientes tanto en tamaño, velocidad, impacto y asertividad. Esta es
una tendencia que se ha mantenido por algunos años y se ve difícil se revierta.

Además, últimamente los ciberdelincuentes están apelando
cada vez más al uso de inteligencia artificial para realizar ataques dirigidos
más efectivos. La inteligencia artificial permite a los atacantes realizar un
mayor número de tareas de forma automática y tomar decisiones en tiempo real
que permiten ajustar las amenazas para evadir las defensas y aprender tanto de
errores como de aciertos. En simultáneo, se observa otra tendencia: el número
de ataques que buscan afectar a las organizaciones y a la fuerza de trabajo
remota crece cada trimestre en el 2021. No es de extrañarse, dado que la pandemia
trajo consigo un consabido incremento en la superficie de ataque derivado de
tener más dispositivos en línea, muchos de ellos sin protecciones adecuadas.
Frente a este panorama dinámico y complejo, cuyos datos surgen de la
organización de investigación e inteligencia de amenazas de Fortinet,
FortiGuard Labs, toma relevancia el concepto de Threat Intelligence o
Inteligencia de Amenazas. Se trata de la organización, análisis y refinamiento
de información en tiempo real sobre ataques potenciales o actuales, e incluye
una retroalimentación constante y una labor ininterrumpida.
Paso a paso, cómo se trabaja
en inteligencia de amenazas
El trabajo de un equipo de Inteligencia de Amenazas consta de expertos
en ciberseguridad que analizan en tiempo real información de múltiples fuentes.
Así es como la combinación de técnicas de aprendizaje automático e inteligencia
artificial con herramientas especialmente desarrolladas permite a los analistas
desempeñarse con celeridad no solo en el monitoreo sino también en el lanzamiento
de soluciones para contrarrestar las amenazas de seguridad que puedan impactar
el entorno de operaciones.
Para que esta tarea sea exitosa es necesario cumplir con cuatro
requisitos clave:
- Procesos adecuados y
maduros que permitan la adquisición amplia pero también
el procesamiento ágil y certero de la información recabada. La madurez y
el liderazgo de un proveedor en la industria le permite determinar no solo
qué es malicioso o no, sino el nivel de peligrosidad, el impacto derivado
de las condiciones globales en ese momento, el tipo de servicios,
verticales y geografías impactados. La capacidad de intercambiar
información en organizaciones de la industria también resulta relevante.
- Personas calificadas con entrenamiento adecuado que
se mantengan actualizados con el dinamismo que exige la velocidad
con la que nuevos modelos de ataque aparecen a nivel local, pero también
con la conciencia del impacto al negocio y a la sociedad. Esto, sin
olvidar la parte ética debido a la información altamente sensible a la
cual se tiene acceso.
- Tecnologías correctas e
innovadoras como Sandboxing para descubrir códigos maliciosos
desconocidos hasta ese momento (ataques día cero) a través de emulación y
análisis de comportamiento. Además de otras tecnologías como Deception que
permite adquirir conocimiento sobre herramientas, tácticas y
procedimientos de los atacantes, integradas con herramientas de análisis
para correlacionamiento (SIEM) y respuesta orquestada (SOAR) que permitan
operaciones de ciberseguridad realmente integradas, automatizadas e
impulsadas por Inteligencia Artificial.
Base instalada de amplia
envergadura para obtener una muestra importante dentro del
universo de ataques. En este sentido, Fortinet es la compañía con la mayor
cantidad de dispositivos de seguridad instalados en América Latina, con el 53%,
según la consultora IDC. Esto implica que más de la mitad del equipamiento de
ciberseguridad en las redes corporativas de la región es Fortinet, lo cual
entrega capilaridad y músculo mayores que cualquier otra infraestructura de
adquisición de datos.
Es con lo anterior que FortiGuard Labs consigue bloquear cada minuto a nivel
global más de 240.000 accesos a sitios web maliciosos, más de 375.000 intentos
de intrusión a nivel red, y más de 60.000 intentos de control y comando para
botnets, por mencionar solo algunas estadísticas.
Para defenderse de los ciberataques, es necesario conocer tanto a los
adversarios como a las amenazas de manera proactiva, esto es el objetivo de la
Inteligencia de Amenazas. Al ritmo con el cual las organizaciones están
transformando la forma en que hacen negocios a través de procesos digitales,
manejan niveles de datos cada vez más elevados, así como también más críticos,
por lo que deben extremarse las medidas de seguridad de la información.
La ciberseguridad ha pasado de ser competencia exclusiva de las áreas
tecnológicas, para ser relevante en las áreas de negocio debido a su
posibilidad de acelerarlo y mitigar riesgos. La ciberseguridad impacta en los
tiempos de respuesta y capacidades de atención, las posibilidades de aprovechar
analítica y movilidad, así como la percepción de confiabilidad de un negocio
hacia sus clientes. En este contexto, la Inteligencia de Amenazas proporciona
alertas en tiempo real sobre amenazas y cambios en los riesgos, brindándole a
las organizaciones las herramientas que necesitan para estar lo más protegidas
posibles.
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