La nube pública y la privada ¿dónde debería guardar mi información?
Cuando hablamos de “la
nube” no solemos imaginarnos lo que realmente es: un edificio gigantesco, tan
grande como un centro comercial, lleno de máquinas y cables que están
encendidos siempre. Sin tregua. Que gastan tanta energía como una ciudad entera
y se calientan como planchas. Tampoco pensamos en una plataforma en el mar,
llena de estos aparatos, instalada justamente allí para poder utilizar el agua
para enfriarla. O los enormes salones en países nórdicos, forrados de hielo,
que permiten tener una temperatura fría todo el tiempo. Eso es la nube. La nube
existe y está en tierra. Sube y baja archivos todos los días, los lanza como
pájaros invisibles e hiperveloces a cualquier parte del mundo a cualquier hora
del día.
De unos años a la fecha
ya no podemos vivir sin la nube. Antes para comprar una computadora lo primero
que debíamos contemplar era su capacidad de almacenamiento, hoy en día algunas
notebooks se venden con memorias tan pequeñas como las que tendríamos en un
celular. Ahora, lo importante es tener un buen almacenamiento en la nube. Y
otra cosa que quizá no sabíamos es que existen varias posibilidades: pública,
privada o híbrida.
De eso habla Eric
Arosemena, gerente regional de GBM, una empresa que brinda servicios de nube y
que administra nueve centros de datos físicos en la región Centroamericana y en
República Dominicana.
¿Qué diferencias hay entre
nubes?
La
nube es ese sitio donde consumimos recursos de procesamiento, almacenamiento,
seguridad para hacer lo que tradicionalmente hacíamos en nuestro centro de
datos. La nube se puede consumir en varios sabores, de varias formas, por
ejemplo, la nube pública es tal vez la que más se asemeja a nuestro concepto
común de la nube, que son capacidades de cómputo que se encuentran en un
ambiente compartido provisto por un tercero. Por ejemplo, puede ser la nube de
IBM, la nube de Microsoft, de Amazon, etcétera. Al ser una nube pública, eso
significa que literalmente mi información y los servidores o servicios que
consumo de la nube están siendo servidos desde una infraestructura que muchas
personas más usan, que está, obviamente protegida, segregada, independiente
desde un punto de vista lógico, pero desde un punto de vista físico es
compartido.
Cuando hablamos de una
nube privada significa que me estoy conectando a recursos informáticos que
otros me proveen a través de internet, pero esos recursos viven en un ambiente
que está absoluta y exclusivamente dedicado a mi empresa. Por ejemplo, si yo
quiero un servicio de nube privada, el proveedor me tiene que garantizar que
los equipos a utilizar son solo para mi organización y nadie más los va a usar.
Y como es privada yo controlo quién entra, quién sale. Tengo más control sobre
el ambiente. Yo puedo pedir una nube privada por tema de seguridad, por temas
de operación. Hay varios criterios que se utilizan.
Híbrido es la
combinación. Puede ser nube pública con nube privada o inclusive lo que
llamamos un data center con nube.
Entonces híbrido significa que vivo en ambos mundos. Doy un ejemplo: yo tengo
mi data center en mi empresa y decido
que voy a cambiar un sistema, pero los nuevos sistemas vienen para la nube y el
resto de la organización utiliza otras aplicaciones que van a seguir
ejecutándose desde mi centro de datos. Entonces ambos ambientes deben convivir.
Eso tiene ventajas porque tienes lo mejor de ambos mundos. Puedes desplegar
rápidamente aplicaciones en una nube pública, seguir usando la infraestructura
sobre la cual ya invertiste y todavía tienes depreciación contable o tal vez ir
a una aplicación que la tecnología de un proveedor no te permite en la nube
pública.
Algunos gobiernos de la
región exigen que los datos estén en un lugar distinto a la nube. Entonces
tengo que tener mis datos acá. Pero hay servicios de la nube pública que puedo
consumir. La nube híbrida tiene sus ventajas y sus responsabilidades.
¿Cuáles son esas ventajas y
responsabilidades?
Ventajas
de flexibilidad. Puedo empezar a modernizar mi organización sin tener que
pensar en un Big Bang. Es decir, no tengo que cambiar toda la empresa a la nube
mañana mismo, puedo migrar a la nube pausada e inteligentemente, mientras mi
organización madura.
Hace cinco o diez años,
cuando decíamos: hay que hacer respaldos, hablábamos de un almacenamiento que
podía ser un rack lleno de discos duros, que toman tiempo en llegar, en
instalarse y se dañan. Ahora puedo conectar a la nube pública y, si la uso, la
pago y si dejo usarla ya no. Cuando decido usar una nube híbrida puedo seguir
manejando mi infraestructura tradicional, no la tiro a la basura, la necesito
todavía, pero los backs up los llevo a la nube
pública.
¿Qué responsabilidades tiene la
nube híbrida?
Nosotros los tecnólogos estamos acostumbrados a ser los amos y señores de ese
ambiente que se llamaba datacenter y ahora somos
gestores de un tercero que nos da el servicio. Entonces la primera
responsabilidad es entrenarme. Esa es una responsabilidad. La otra es que debo
mantener el control que tenía en mi datacenter local, tenerlo en
la nube pública. Los ambientes que son fáciles de crear, de expandir, pueden
descontrolarse a nivel financiero, algún ingeniero puede empezar a crear
servidores que valen cinco mil dólares al mes y si no tengo alertas, puede
salirse de control. Entonces la nube pública tiene responsabilidades y sobre
todo si lo combino con una nube privada, tengo que estar pendiente de varios
aspectos.
¿Qué tan caro es tener una nube
privada?
Yo
no hablaría de caro o barato. Todo tiene un valor y el valor depende de lo que
te entregan de vuelta. La nube, en general, puede retribuirte un valor que
construirlo en tus propios medios, en tu data center, sería
muy costoso. Como ellos se valen de la economía de escala y de la
especialización que tienen, pueden darnos tecnología de última generación, con
el mayor avance posible que hay en el mercado.
Una nube pública o
privada mal manejada puede salir muy cara. He visto casos de descontrol en el
manejo de costos. También una mala gestión de los activos virtuales e
informáticos, puede desperdiciar recursos. Entonces, al final es un tema de
control y de aprovechar ese valor y explotar ese valor. El valor está ahí, pero
él solo no funciona. Uno lo tiene que administrar.
¿Qué tan segura es la nube
pública? ¿Realmente podemos confiar en que no se van a perder nuestros
archivos?
Es tan segura como uno
quiera o como uno la prepare. Escucho ese debate de que la nube es insegura
porque no está en mi oficina y yo no sé quién lo administra, pero no se han
dado cuenta de que muchos de los robos informáticos que se han dado en el
último tiempo, sobre todo los más sonados, son de gente de adentro, gente que
trabajaba físicamente en el lugar. La seguridad no depende del lugar al que
pueden atacar. También pueden atacar a mi centro de datos grande. Entonces es
relativo. Yo puedo tener un sitio privado dedicado a mí, muy seguro y puedo
tener una nube pública muy segura. Mi respuesta corta es que depende de cómo lo
armes, puede ser extremadamente segura o insegura en ambos sitios.
Claro, si le das la contraseña
a muchas personas, cualquier cosa puede ser insegura…
Así
es. La ventaja de la nube es que hay un grupo de expertos que trabajan por mí,
me lo dan un precio al que yo nunca lo podría construir, es muy difícil para
una empresa mediana o pequeña tener una tecnología de punta en su centro de
datos. Yo creo que la nube te da muchas ventajas por el tipo de tecnología que
brinda y por su innovación.
El Departamento de Defensa
de los Estados Unidos corre en la nube pública, de hecho, muchas instituciones
y gobiernos lo usan. No toda la gente lo sabe, pero su dinero ya está en la
nube. Los bancos corren en la nube, mi tarjeta de crédito Visa y la tuya
Mastercard es muy probable que ya estén en alguna nube, en algún lugar del
mundo. Y nada más que no lo sabemos y no nos importa.
¿Podemos vivir sin la nube? He
visto que muchas de las nuevas computadoras las venden con una memoria muy
pequeña, porque ya nadie piensa guardar cosas en la computadora, cuando antes
el atractivo era tener el disco duro más grande…
Creo que los hábitos
del consumidor han cambiado. Cuando yo era joven recuerdo que me iba de
vacaciones con dos rollos de 24 fotos y sentía que podía tomar todas las fotos del
mundo. Ahora nos vamos de viaje y en tres horas ya tengo esa cantidad de fotos
y las quiero guardar.
Y creo que, aunque le pongas 500 gigas o dos teras al disco duro de una
notebook no te va a alcanzar. Eventualmente lo vas a llenar. Los servicios de nube
ya son algo dado por hecho.
¿Se puede vivir sin la
nube? Yo creo que sí, pero con una vida mucho menos conveniente. Siempre se
puede vivir sin nube, pero creo que no sería tan cómodo.
¿Qué empresas necesitan una
nube privada?
Alguna empresa que esté regida por una entidad, por ejemplo, hay países que
restringen la ubicación geográfica de los datos, esa puede ser una razón. Otra
puede ser temas de seguridad, hay información que simplemente no se desea
colocar en la nube pública. De hecho, a veces yo he recomendado no subir datos
a la nube, porque para su transmisión requiere ancho de banda. Por ejemplo, si
soy una empresa de televisión, que maneja media, no es factible, imagínense
subir 100 películas HD transitando todo el día hacia arriba, hacia abajo, el
ancho de banda y los costos de transferencia serían tantos que de pronto
podríamos considerar tener nuestro centro de datos en tierra. Son diversas
razones que nos empujan a usar la nube privada. Control de acceso, seguridad o
simplemente temas de comunicación.
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